martes, 9 de febrero de 2016

Queísmo y Dequeísmo

            Ambos son usos inadecuados que se han extendido hace años entre los hablantes del español. ¿En qué consiste cada uno?
            Para poder entender estos fenómenos, debemos primero tener una idea básica de lo que es la rección. Rección significa, a grandes rasgos, que una palabra hace depender cierto complemento de ella. O que determinado tipo de palabra exige ir acompañado de un elemento gramatical específico. Un ejemplo de este tipo de relación sintáctica son los complementos de régimen. Existe un grupo de verbos que siempre selecciona una preposición para que lo acompañe (las más frecuentes son “a”, “de”, “en” y “con”). El uso de esa preposición es obligatorio para que la frase tenga sentido. El complemento formado por “preposición + término” se denomina “Complemento de régimen”. Veamos ejemplos:

            No te abuses de mi paciencia. // Me acordé de que venías.

            Una vez explicado el concepto de rección, pasemos a los dos fenómenos de la lengua que nos ocupan hoy: el Dequeísmo y el Queísmo.

            El Dequeísmo consiste en el “uso incorrecto de la secuencia ‘de que’ en las subordinadas sustantivas cuando la preposición ‘de’ no está gramaticalmente justificada”[1].  O sea, cuando no es exigida por el verbo o la construcción.
            Básicamente, es inadecuado colocar la preposición cuando la subordinada cumple funciones de sujeto o de objeto directo. Por ejemplo:

            *Me gusta de que comas sano.[2]   à Me gusta que comas sano. Sujeto
            *Pienso de que debes comer sano. à Pienso que debes comer sano. Objeto Directo

            Por su parte, el Queísmo es lo contrario del Dequeísmo: “consiste en suprimir la preposición cuando la subordinada es término de un complemento o modificador directo”[3]. O sea, cuando la construcción requiere la preposición para estar correctamente formulada.
            En general, incurren en el Queísmo los hablantes que creen que nunca puede colocarse la preposición “de” antes de “que”. Por lo tanto, es éste un fenómeno de ultracorrección.
            Veamos un ejemplo:

            *No tenía idea que estabas en Rosario. à No tenía idea de que estabas en Rosario.

            Me parece interesante destacar que es mucho más común incurrir en errores de este tipo (Queísmo y Dequeísmo) cuando las construcciones utilizadas involucran complementos de régimen. ¿Por qué? Porque los hablantes dudamos o nos confundimos con el uso adecuado de las preposiciones.
            Marta Marin[4] propone un ejemplo interesante de esto: el de los verbos “recordar” y “acordarse”. Ambos tienen el mismo significado; sin embargo, se construyen de formas diferentes:

            Se acordó de sus palabras. // Se acordó de que no vendría. CON COMPLEMENTO DE RÉGIMEN

            Recordó sus palabras. // Recordó que no vendría. CON OBJETO DIRECTO

            Por último, comparto con ustedes una estrategia sencilla para poder darnos cuenta cuándo corresponde utilizar la expresión “de que” y cuándo no es adecuado usarla. Debemos reemplazar toda la expresión que comienza con el relativo “que” por “eso” o “ese/esa”. Si el “de” nos suena “desubicado” allí, significa que no debe colocarse:

                        *Decía de que estabas ocupado. à *Decía de eso.
FORMA ADECUADA (sin “de”): Decía que estabas ocupado. à Decía eso.

            En cambio:

                        *Se acordaba que vendrías. à *Se acordaba eso.
FORMA ADECUADA (con “de”): Se acordaba de que vendrías. à Se acordaba de eso.
           
            Como todo tema de gramática, hay muchos conceptos disciplinares involucrados. Espero que no les haya resultado muy complejo el artículo y que les resulte útil la explicación para cuando deban utilizar este tipo de construcciones en sus textos orales o escritos.




[1] RAE, Nueva Gramática de la Lengua Española. MANUAL, Bs. As, Espasa, 2010.
[2] El asterisco (*) se utiliza convencionalmente en los textos de gramática para indicar que lo que sigue a este símbolo es agramatical.
[3] Marin, M., Una gramática para todos, Bs. As., Voz Activa, 2011.
[4] Op. Cit. 

2 comentarios:

  1. Muy interesante. Yo con mi castellano ningún no incurrir en ese tipo de errores. Porque me acuerdo de que en mi época no se había puesto de moda. Recuerdo que no se había puesto de moda. Lo mejor es el ejercicio.

    ResponderBorrar
  2. Muy interesante. Yo con mi castellano ningún no incurrir en ese tipo de errores. Porque me acuerdo de que en mi época no se había puesto de moda. Recuerdo que no se había puesto de moda. Lo mejor es el ejercicio.

    ResponderBorrar