Hasta ahora, en todos
los artículos en los que hablé de la literatura, lo hice desde el punto de
vista de la lectura. Hoy quisiera, por eso, dedicarle un rato a la escritura.
Cuando proponemos una actividad de escritura a nuestros
alumnos (sean jóvenes o adultos), a veces ocurre que ellos se niegan o se ponen
muy nerviosos por tener que escribir. Esto es totalmente comprensible ya que la
escritura es una actividad en la que ponemos el alma en el papel y es normal
sentir vergüenza o sentirnos muy expuestos al tener que dejar que otros lean lo
que nosotros volcamos en un texto.
Sin embargo, la escritura también nos libera. En muchas
ocasiones puede ser un cable a tierra, para descargar emociones o sentimientos
que nos pesan retenidos en nuestro interior. Y además, la escritura puede ser
un juego, si aplicamos las estrategias adecuadas.
Quisiera proponer aquí una serie de juegos y desafíos con
el lenguaje y con la escritura. Casi todos, por su baja dificultad, son aptos
para todas las edades. Incluso son muy interesantes para jugarlos entre
adultos, para conocernos o divertirnos en grupo.
Tengan
en cuenta que esta es solo una pequeña selección de todas las propuestas
creativas que existen, que son infinitas. Todas las que enumero, las he probado
con los grupos de chicos con los que trabajo y también, algunas, las he jugado
en grupos de adultos. Aquí van:
1. NUESTRO
NOMBRE: este es un juego que sirve para presentarnos, el primer día de clases o
la primera reunión de un grupo de escritura. Lo que cada uno hace, en la hoja,
es escribir su nombre en forma vertical. Luego, pensamos una frase que comience
con cada una de las letras y que cuente algo de uno. Por ejemplo:
V:
vivo en Rosario
I:
inventar recetas es un pasatiempo para mí
O:
oigo todo tipo de música
L:
leer es lo que más me gusta hacer
E:
enseño en escuelas secundarias
T:
tengo una perra llamada Huayra
A:
a veces escribo cuentos
Cuando
todos han terminado, leemos en voz alta cada presentación.
2. TODAS LAS PALABRAS COMIENZAN CON…: la
propuesta de este juego es escribir un texto en el que todas las palabras
comiencen con la misma letra. Puede ser una letra de la que estuvimos
estudiando las reglas ortográficas (si es un ejercicio escolar) o una letra
elegida al azar si jugamos por jugar. No sólo sirve para ejercitar nuestra
escritura, además ayuda a ampliar el vocabulario (podemos tener un diccionario
para consulta a mano).Otra opción es que las palabras del texto comiencen por
las vocales, en el orden tradicional (a, e, i, o, u), por ejemplo: “Agustina
Escribe Índices Onomásticos Últimamente. Al Estar Inspirada Ocurre…”. Los
resultados de este juego suelen ser disparatados, muy divertidos.
3. IMÁGENES QUE CUENTAN: para este juego necesitamos,
además de papel y lápiz o lapicera, algunas fotos o dibujos recortados de
revistas y diarios (por lo menos tres o cuatro). La idea es que escribamos
historias a partir de esas imágenes. Puede ser que cada uno trabaje
individualmente, que formemos parejas o que hagamos una única historia entre
todos. Si trabajamos de forma individual o en parejas, una vez que todos
terminaron se leen las historias en voz alta y se puede elegir la más creativa,
o la más graciosa, o la más tenebrosa…o lo que se les ocurra. Si elaboramos una
única historia entre todos, lo mejor es que haya un coordinador que tome nota
de las ideas que surgen y elabore un borrador que luego pulirán grupalmente.
4. BINOMIO
FANTÁSTICO: esta propuesta creativa se encuentra explicada en detalle en el
libro de Gianni Rodari que cito al final del artículo. La idea es que a partir
de dos palabras que nada tienen que ver, pueda surgir una historia. Dos participantes
del grupo toman un papel y cada uno escribe una palabra sin ver la palabra del
otro. Luego, se muestran al grupo. Cada participante debe unirlas en un relato,
de la manera que quiera. Rodari da el ejemplo de “perro” y “armario”; sugiere
que lo ideal es intentar relacionarlas a través de una preposición: de allí
puede surgir “el perro con el armario”, “el armario de un perro”, “el perro en
el armario” o cualquier otra combinación que se les ocurra.
Hasta
aquí cuatro propuestas de juego. A partir de ellas, ustedes mismos pueden
adaptar la actividad al grupo en el que trabajen (o a la reunión en la que
quieren jugarlo) o pueden idear otras propuestas.
En
general, a la hora de producir lo mejor es proponer un tiempo limitado de
trabajo (diez minutos, veinte minutos o media hora, lo que consideren) e
intentar que todos cumplan con lo estipulado. La escritura surge de forma más
fluida o creativa si trabajamos contrarreloj.
Espero
que puedan probarlos en la escuela, en algún cumpleaños, reunión familiar…o
simplemente entre amigos. Pueden contarme en los comentarios sus experiencias. ¡A
jugar con las palabras!
BONUS:
Les dejo las referencias de dos libros que pueden consultar si les interesa profundizar en el tema. Ambos contienen teoría y muchas propuestas creativas para escribir o inventar historias:
- Gramática de la fantasía de Gianni Rodari: un clásico con muuuuuchas ideas para experimentar el sentido liberador que puede tener la palabra.
- La palabra mágica. Taller de literatura de Ricardo Mariño y Silvia Schujer: dos escritores argentinos que, a lo largo de doce capítulos ordenados temáticamente, nos proporcionan material de lectura e ideas para estimular la creatividad y la escritura.
Me gustó mucho!!! lo voy a hacer con mi hijo Matías!!
ResponderBorrarGracias Ruth! Espero que disfruten mucho de jugar con las palabras!
Borrar¡Gracias! Qué lindas son estas propuestas. El juego de los nombres y el binomio fantástico los había experimentado en talleres y son realmente muy divertidos y placenteros.
ResponderBorrarBucearé en el libro del Taller de escritura de Schujer y Mariño. debe estar muy interesante.
¡Qué lindas propuestas de escritura creativa!
ResponderBorrarMuchas gracias por compartirlas.